Dueños de colegios en alerta por iniciativa que prohíbe el cobro de reinscripciones.
Una reforma en discusión amenaza con desatar un colapso financiero en el sector educativo privado.
Se avecina una reforma que podría desatar el colapso financiero del sector educativo privado
CDMX, mayo 2025. – Lo que parecía una simple iniciativa legislativa, podría convertirse en el peor golpe económico en años para las escuelas particulares en México. Una bomba de tiempo legal fue activada el pasado 8 de abril, cuando el Diputado Víctor Hugo Lobo Román presentó una propuesta de reforma a la Ley General de Educación que prohíbe el cobro de reinscripciones en colegios privados. Y lo que es peor: podría entrar en vigor tan pronto como el ciclo escolar 2026-2027.
¿Una medida justa… o un ataque disfrazado?
La iniciativa busca, según sus autores, “reducir la carga económica de las familias”. Pero detrás de este discurso bien intencionado, se esconde una amenaza directa al modelo operativo y financiero de miles de instituciones particulares en el país.
¿La razón? Actualmente, las reinscripciones son una fuente clave de flujo operativo, que permite a los colegios planear el siguiente ciclo escolar, contratar docentes, mejorar infraestructura y mantener la calidad de sus servicios. Sin este ingreso anticipado, muchas escuelas quedarían ahorcadas financieramente justo antes del arranque del curso. ¿Quién absorbe ese hueco?
¿Escuelas particulares en serias dificultades?
FEDEP —organización que representa legalmente a instituciones educativas privadas— ha lanzado una alerta urgente a todos sus afiliados. El impacto de esta reforma no solo pone en jaque la planeación presupuestal, sino que también abre la puerta a incertidumbre, endeudamiento y recortes operativos.
“Esta reforma, de aprobarse, limitaría gravemente la autonomía financiera de los colegios. Le están quitando el timón a quienes han sostenido la educación de millones de estudiantes”, advierte la circular oficial de FEDEP.
La situación es crítica. Según datos recientes, muchas escuelas ya enfrentan rezagos de pagos, deserción pospandemia y aumento de costos operativos por inflación. Eliminar la reinscripción es, literalmente, cortar la última válvula de oxígeno.
¿Educación gratuita a costa de la quiebra privada?
La propuesta legislativa, impulsada por el PAN y respaldada con entusiasmo por otros partidos, plantea que las escuelas solo puedan cobrar inscripción a alumnos de nuevo ingreso, y una sola vez por nivel educativo (preescolar, primaria, secundaria, etc.). Para quienes ya están inscritos, el pago de reinscripción quedaría terminantemente prohibido
¿Suena bien? Sí. ¿Es viable? No para quien conoce el sistema desde adentro. Esta visión ignora por completo cómo operan las instituciones privadas, que no reciben recursos públicos, subsidios ni condonaciones. Quitar las reinscripciones no es alivianar la carga a las familias: es trasladarla a las escuelas.
¿Quién paga las consecuencias?
Quienes aplauden esta medida parecen olvidar que las reinscripciones no son “un cobro más”, sino un mecanismo de planeación contractual que garantiza lugar, continuidad académica y estabilidad en la nómina. Si desaparece esta figura, los colegios tendrán que buscar alternativas:
Aumentar las mensualidades
Disminuir becas
Congelar contrataciones
O incluso cerrar operaciones en zonas vulnerables
¿Resultado? Menos opciones educativas, más saturación en el sistema público y un golpe directo a la libertad de elección de las familias.
¡FEDEP respalda a escuelas y directivos!
Desde FEDEP, ya se realizan gestiones con la Comisión de Educación en el Congreso para frenar o modificar la propuesta, y en su caso, activar mecanismos legales de defensa. Porque aunque el proyecto aún debe recorrer su camino legislativo, el tiempo apremia y el próximo ciclo escolar se encuentra cada vez más cerca.
“No se trata de defender cobros indiscriminados. Se trata de defender la viabilidad de un sistema educativo que ha sostenido a generaciones completas, aún en crisis sanitarias y económicas”, enfatizó un portavoz de la Federación.




